martes, 2 de junio de 2009

Henry Bergsón



Henri Bergson
(París, 1859 - 1941) Filósofo francés. Llamado el filósofo de la intuición, Bergson buscó la solución a los problemas metafísicos en el análisis de los fenómenos de la conciencia. En el terreno filosófico, reactualizó la tradición del espiritualismo francés y encarnó la reacción contra el positivismo y el intelectualismo de finales de siglo.
Miembro de una familia judía de origen polaco, realizó sus primeros estudios en el Liceo Condorcet, sobresaliendo en las disciplinas clásicas y más aún en las matemáticas. En 1891 se casó con Louise Neuburger, prima de Marcel Proust. Obtuvo el doctorado en Filosofía gracias a dos disertaciones: Quid Aristoteles de loco senserit y Essai sur le données immédiates de la conscience (1889). En 1897 fue nombrado "Maître de conférences" de la Escuela Normal, y dos años más tarde comenzó a dictar clases en la cátedra de filosofía moderna del Collège de France. Su enseñanza alcanzó enorme éxito. No se le permitió el acceso a la Sorbona por la oposición del grupo de académicos tradicionalistas.
Henri Bergson
En 1914 fue nombrado miembro de la Academia de Francia, y en 1927 ganó el premio Nobel de Literatura. Durante la primera guerra mundial desarrolló una intensa labor como conferenciante en apoyo de la Entente. Al constituirse dentro de la Sociedad de Naciones el Comité para la cooperación cultural, Bergson fue encargado de la presidencia. En los últimos años se sentía cada vez más cerca del catolicismo, pero evitó la conversión oficial porque, como confesó en su testamento, temía apoyar con su prestigio el antisemitismo fomentado en Europa por el nazismo.
Sus obras principales son Matière et memoire (1896); Le rire (1901); L´évolution creatrice (1907, obra que obtuvo enorme resonancia y difusión); L´énergie spirituelle (1919); Durée et simultanéité (1922); Le pensée et le mouvement (1934, colección de ensayos y conferencias, entre los cuales se encuentran la Introduction à la metaphysique, 1903, brillante síntesis de la filosofía de Bergson, y L´intuition philosofique conferencia pronunciada en el congreso de Bolonia, 1911); Le possible et le réel (1930); Les deux sources de la morale et de la religion (1932).
Su pensamiento filosófico
Bergson tuvo una formación fundamentalmente positivista. La enseñanza en las escuelas superiores francesas, y concretamente en la Normal donde él estudiaba bajo la orientación de los profesores Ollé-Laprune y Boutroux, seguía las doctrinas de la tradición kantiana; pero Bergson prefirió el estudio de los ingleses, principalmente de Spencer. En un primer momento Bergson quiso perfeccionar las teorías de Spencer pero al pretender semejante tarea se topó con lo que se convertiría en el problema central de su pensamiento: la cuestión del tiempo. El tiempo real, vivido, no puede entrar en las fórmulas de las ciencias, porque éstas se interesan solamente en lo que es susceptible de medida.
Esto indujo a Bergson a modificar su programa y a entregarse al estudio de todos aquellos modos de ser que escapan a la medida y a la ciencia, y que exigen un modo de conocimiento distinto. Se separaba así del positivismo para adentrarse en la "filosofía de la intuición". Dejaba también el camino de la explicación por medio de las matemáticas para intentarlo a través de las ciencias biológicas, psicológicas y sociológicas, manteniendo el mismo respeto hacia la experiencia. Siempre con base en este "respeto por la experiencia", Bergson se propone una descripción de los estados de conciencia aprehendidos directamente mediante la introspección, y contra la psicología experimental positivista, que pretende poner en relación los datos internos de la conciencia con los hechos físicos externos.
Ahora bien, los hechos psíquicos se viven en una dimensión distinta a los hechos físicos. Por ejemplo, el tiempo vivido por la conciencia es una duración real en la que el estado psíquico presente conserva el proceso del cual proviene y es a la vez algo nuevo. Todos los estados de la conciencia se compenetran y dan vida a una amalgama en continua evolución. Además, la ciencia (y el sentido común) choca contra dualismos irresolubles: materia-espíritu, extensión-pensamiento, necesidad-libertad.
Este problema lo afronta en su libro Materia y memoria. La memoria pura y espiritual es la que caracteriza la vida profunda de la psiquis. Lo que limita nuestra conciencia total es el cuerpo, y más concretamente el cerebro, imponiendo el olvido de algunos conceptos. El cerebro es un órgano de traducción y de unión: por un lado traduce la actividad de la conciencia en movimientos, y por otro vincula la conciencia a la realidad exterior. El cuerpo tiene como función esencial "limitar, con vistas a la acción, la vida del espíritu", pero el espíritu antecede y trasciende al cuerpo, lo empuja más allá del presente y del pasado hacia el futuro; lo reabsorbe en el interior de su propia duración. La materia, por lo tanto, se explica mediante unas ciertas vibraciones equivalentes entre sí. Cuanto más se desciende en el interior de nuestro espíritu, tanto más aumenta la tensión y disminuye la homogeneidad de los movimientos.
En su escrito Introduction a la métaphysique desarrolla ampliamente este concepto, diferenciando las duraciones más distendidas y uniformes (propias de la materialidad, de las cuales se ocupan los procedimientos de las ciencias), y las más intensamente cualitativas, que tienden al límite de una concentración total, la "eternidad de vida", (propias del objeto de la metafísica). La metafísica penetra en el fondo, invirtiendo la dirección natural del pensamiento con un acto de conocimiento interior que Bergson llama intuición. La intuición es esa simpatía mediante la cual uno se inserta en la interioridad de un objeto para coincidir con lo que éste tiene de único. Con la intuición, Bergson encuentra un método cognoscitivo contrapuesto al método científico y adaptado al objeto que la ciencia , por su propia naturaleza, deja fuera.

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